Hace 3.500 años, durante el reinado del Rey Tutmosis III, el Antiguo Egipto fue invadido por esferas de luz, descritas como «círculos de fuego».
De acuerdo a antiguos papiros, estos «ovnis» se apoderaron del espacio durante días.
En su fascinante libro, el autor británico Mathew Deluce, muestra fotos de seres reptilianos, algunos con el cuerpo de monos, otros con la cabeza de lagartos. Estos fueron encontrados en la paredes del Templo de Hathor en Dendera, Egipto. Los seres reptilianos son vistos y acompañados por faraones y seres con cabeza de pájaros. Extrañas y gigantescas bombillas con serpientes como filamentos, posiblemente de un tipo de arma de rayos láser o gamma, son vistos claramente en el Templo de Hathor. Dentro de los extraños dispositivos aparecen serpientes. Esto es, posiblemente, un mensaje pictográfico dando a entender que esta clase de tecnología de plasma fue suministrada a la élite del Antiguo Egipto por una raza de seres reptiloides extraterrestres.
Muchos jeroglíficos egipcios, muestran máquinas y extraños aparatos.
Como la máquina de Antiquitera, de la Antigua Grecia y la batería de Bagdad, esta tecnología de plasma fue una tecnología guardada secretamente y reservada para el uso de las élites en el Antiguo Egipto. Tal y como hoy en día, la clase real y política alberga bases subterráneas secretas donde esconde, con disimulo, tecnologías secretas y platillos voladores capaces de realizar viajes a velocidades extremas; como el área 51, base estadounidenses secreta donde se desarrolla tecnología y donde está la pista de aterrizaje más grande del mundo. Un ex coronel del Pentágono afirmó que esa tecnología secreta había sido obtenida por ingeniería inversa de tecnología extraterrestre.